Beschreibung:

Atri­bui­do a FRAN­CIS­CO CO­MON­TES (ac­ti­vo en To­le­do entre 1524-1565). “Sa­gra­da Fa­mi­lia con San Jua­ni­to”, To­le­do, 1530-1540. Óleo sobre tabla. Marco del siglo XVII. Me­di­das: 29 x 22 cm; 46,5 x 39 cm (marco). En esta obra, atri­bui­da a Fran­cis­co Co­mon­tes, se re­pre­sen­ta a la Sa­gra­da Fa­mi­lia si­guien­do la moda re­na­cen­tis­ta que ca­rac­te­ri­zó la pin­tu­ra del to­le­dano. Se mues­tra a la Vir­gen María y al Niño en el cen­tro de la com­po­si­ción, y junto a ellos a san José de edad avan­za­da, que con­tem­pla al pe­que­ño (aun­que más bien re­le­ga­do a un se­gun­do plano). La fa­mi­lia se en­cuen­tra en un in­te­rior con cor­ti­na­jes que des­ta­ca por cier­tas to­na­li­da­des más bri­llan­tes y que apor­tan una sen­sa­ción de am­pli­tud. Com­ple­ta la es­ce­na la fi­gu­ra de San Jua­ni­to, que se sitúa en la zona in­fe­rior iz­quier­da de la com­po­si­ción con la Cruz de caña y mi­ran­do tier­na­men­te al Niño. Esta ac­ti­tud cer­ca­na es uti­li­za­da por el autor para ins­pi­rar y adoc­tri­nar al es­pec­ta­dor, con­si­guien­do así que em­pa­ti­ce con la re­li­gión a tra­vés de una es­ce­na de ca­rác­ter ama­ble. El Sal­va­dor y el Bau­tis­ta apa­re­cen re­pre­sen­ta­dos como tier­nos niños de de­li­ca­da be­lle­za y sua­ves anato­mías, pro­te­gi­dos por la fi­gu­ra ma­ter­nal de María, cuyo ros­tro trans­mi­te cier­ta me­lan­co­lía, co­no­ce­do­ra de las penas que habrá de su­frir. Por sus ca­rac­te­rís­ti­cas for­ma­les se puede atri­buir esta obra a la mano de Fran­cis­co Co­mon­tes, pin­tor re­na­cen­tis­ta es­pa­ñol pro­ce­den­te de una fa­mi­lia de ar­tis­tas (su padre y su tío apa­re­cen do­cu­men­ta­dos como pin­to­res al ser­vi­cio de la Ca­te­dral de To­le­do), se­gui­dor y dis­cí­pu­lo de Juan de Bor­go­ña. Con Bor­go­ña tra­ba­jó en la pin­tu­ra de los re­ta­blos des­a­pa­re­ci­dos de la igle­sia de Villa del Prado (Ma­drid). Al final de su ca­rre­ra se mos­tró in­flui­do tam­bién por la obra de Ra­fael y de los ma­nie­ris­tas fla­men­cos que co­no­ce­ría a tra­vés de la es­tam­pa y en re­la­ción con Alon­so Be­rru­gue­te, re­sul­tan­do su pin­tu­ra de un ma­nie­ris­mo pró­xi­mo al de Juan de So­re­da. Se sabe que en 1524 se en­car­gó de rea­li­zar un re­ta­blo para la ca­pi­lla de Fer­nán Núñez en la igle­sia de San Vi­cen­te de To­le­do. En 1533 eje­cu­tó el re­ta­blo —no con­ser­va­do— de la Ca­pi­lla de los Reyes Nue­vos de la ca­te­dral, para el que según Ceán Ber­mú­dez ha­bría pro­por­cio­na­do las tra­zas Fe­li­pe Vi­garny. De 1536 hay otro re­ta­blo do­cu­men­ta­do, el que pintó para Gas­par Her­nan­do con his­to­rias del Na­ci­mien­to de la Vir­gen y de San Mi­guel. Para la serie de re­tra­tos de los ar­zo­bis­pos to­le­da­nos de la Sala Ca­pi­tu­lar pintó en 1545 y 1547 los re­tra­tos del car­de­nal Ta­ve­ra y de su su­ce­sor, el ar­zo­bis­po Juan Mar­tí­nez Si­lí­ceo. Según Ceán Ber­mú­dez, como maes­tro de la Ca­te­dral se en­car­gó de la pin­tu­ra de las puer­tas del ór­gano del coro del ar­zo­bis­po y de las ta­blas de un re­ta­blo de­di­ca­do a San Bar­to­lo­mé con la Vir­gen. Entre 1541 y 1552 se en­car­gó de la más im­por­tan­te de sus obras con­ser­va­das: el re­ta­blo del Hos­pi­tal de Santa Cruz de To­le­do, ac­tual­men­te en el Mo­nas­te­rio de San Juan de los Reyes. En el úl­ti­mo año ci­ta­do se hizo cargo tam­bién del re­ta­blo de la pa­rro­quial de Mora (To­le­do).