Círculo de ANTON RAPHAEL MENGS (Aussig, Bohemia, 1728-Roma, 1779). “San Juan Bautista”. Óleo sobre lienzo. Reentelado. Presenta restauraciones. Medidas: 28,5 x 35,5 cm; 39 x 49 cm (marco). La obra que nos ocupa continúa de cerca los preceptos estéticos desarrollados por Mengs, primer pintor de cámara de Carlos III cuyo arte gozó de gran aceptación en la corte. Así, nos encontramos frente a un San Juan Bautista de rasgos suaves y delicados, que destaca por su naturalidad. Pese a que se ha representado imberbe, cuando habitualmente ostenta largas y desgreñadas barbas, diversos son los atributos que nos permiten identificar a la figura como san Juan Bautista en primer lugar, el personaje señala con la mano derecha una amplia vara, rematada en forma de cruz, cubierta por una filacteria. En segundo lugar, y aunque no se aprecia en esta composición, en dicha filacteria se debería leer “Agnus dei …”, es referencia a la frase “Este es el cordero de Dios que limpia el pecado del mundo”. El susodicho cordero, símbolo de Cristo y su sacrificio a favor de la humanidad, atributo habitual de san Juan Bautista no se encuentra en esta obra. El artista se inspira, probablemente, en imágenes clásicas del “Buen Pastor”, figuras bucólicas de jóvenes pastores cuidando de su ganado que fueron adoptadas ya a principios del cristianismo como figuras simbólicas de Jesús cuidando de sus fieles. Esta inspiración en fuentes clásicas podría explicar el aspecto juvenil y carente de barba de san Juan. Pintor y teórico del neoclasicimo, Anton Raphael Mengs se formó tanto en el aspecto práctico de la pintura como en la teoría del arte, bajo la influencia de Winckelmann, de quien fue amigo y destacado alumno. Se formó en Dresde bajo la dirección de su padre, Ismael Mengs, pintor de la corte. Posteriormente, entre 7141 y 1744, viajará a Roma para ampliar su formación junto a Marco Benefial estudiando especialmente la escultura antigua y la pintura de Rafael y los clasicistas del siglo XVII. En 1744 regresa a Dresde y es nombrado pintor de corte, donde se dedicará principalmente a realizar retratos. En 1746 es nombrado pintor del rey Augusto III de Polonia, y posteriormente emprende un viaje por Italia que finalizará en Roma, ciudad donde se establecerá definitivamente. En la capital italiana realizará importantes obras religiosas y mitológicas al fresco, evidenciando un estilo maduro de carácter netamente neoclásico, influenciado por el Renacimiento y, más concretamente, por la obra de Rafael. En 1761 es llamado a España, donde permanecerá hasta 1769 como primer pintor del rey Carlos III. Para él realizó obras destinadas a decorar los palacios Real y de Aranjuez, y también pintó importantes retratos. Su presencia en Madrid arrinconó definitivamente a Tiépolo, dado que Mengs representaba un nuevo gusto que gozó de gran aceptación en la corte. Aunque regresaría después a Roma, visitará de nuevo la corte española entre 1774 y 1776, poco antes de contraer la enfermedad que le llevaría a fallecer en Italia en 1779. Actualmente se conservan obras de Mengs en el Museo del Prado, el Louvre de París, el Hermitage de San Petersburgo, el Metropolitan de Nueva York, la National Gallery y la Royal Collection de Londres, el Art Institute de Chicago, el Albertina de Viena y otras destacadas pinacotecas de Europa y los Estados Unidos.
Círculo de ANTON RAPHAEL MENGS (Aussig, Bohemia, 1728-Roma, 1779). “San Juan Bautista”. Óleo sobre lienzo. Reentelado. Presenta restauraciones. Medidas: 28,5 x 35,5 cm; 39 x 49 cm (marco). La obra que nos ocupa continúa de cerca los preceptos estéticos desarrollados por Mengs, primer pintor de cámara de Carlos III cuyo arte gozó de gran aceptación en la corte. Así, nos encontramos frente a un San Juan Bautista de rasgos suaves y delicados, que destaca por su naturalidad. Pese a que se ha representado imberbe, cuando habitualmente ostenta largas y desgreñadas barbas, diversos son los atributos que nos permiten identificar a la figura como san Juan Bautista en primer lugar, el personaje señala con la mano derecha una amplia vara, rematada en forma de cruz, cubierta por una filacteria. En segundo lugar, y aunque no se aprecia en esta composición, en dicha filacteria se debería leer “Agnus dei …”, es referencia a la frase “Este es el cordero de Dios que limpia el pecado del mundo”. El susodicho cordero, símbolo de Cristo y su sacrificio a favor de la humanidad, atributo habitual de san Juan Bautista no se encuentra en esta obra. El artista se inspira, probablemente, en imágenes clásicas del “Buen Pastor”, figuras bucólicas de jóvenes pastores cuidando de su ganado que fueron adoptadas ya a principios del cristianismo como figuras simbólicas de Jesús cuidando de sus fieles. Esta inspiración en fuentes clásicas podría explicar el aspecto juvenil y carente de barba de san Juan. Pintor y teórico del neoclasicimo, Anton Raphael Mengs se formó tanto en el aspecto práctico de la pintura como en la teoría del arte, bajo la influencia de Winckelmann, de quien fue amigo y destacado alumno. Se formó en Dresde bajo la dirección de su padre, Ismael Mengs, pintor de la corte. Posteriormente, entre 7141 y 1744, viajará a Roma para ampliar su formación junto a Marco Benefial estudiando especialmente la escultura antigua y la pintura de Rafael y los clasicistas del siglo XVII. En 1744 regresa a Dresde y es nombrado pintor de corte, donde se dedicará principalmente a realizar retratos. En 1746 es nombrado pintor del rey Augusto III de Polonia, y posteriormente emprende un viaje por Italia que finalizará en Roma, ciudad donde se establecerá definitivamente. En la capital italiana realizará importantes obras religiosas y mitológicas al fresco, evidenciando un estilo maduro de carácter netamente neoclásico, influenciado por el Renacimiento y, más concretamente, por la obra de Rafael. En 1761 es llamado a España, donde permanecerá hasta 1769 como primer pintor del rey Carlos III. Para él realizó obras destinadas a decorar los palacios Real y de Aranjuez, y también pintó importantes retratos. Su presencia en Madrid arrinconó definitivamente a Tiépolo, dado que Mengs representaba un nuevo gusto que gozó de gran aceptación en la corte. Aunque regresaría después a Roma, visitará de nuevo la corte española entre 1774 y 1776, poco antes de contraer la enfermedad que le llevaría a fallecer en Italia en 1779. Actualmente se conservan obras de Mengs en el Museo del Prado, el Louvre de París, el Hermitage de San Petersburgo, el Metropolitan de Nueva York, la National Gallery y la Royal Collection de Londres, el Art Institute de Chicago, el Albertina de Viena y otras destacadas pinacotecas de Europa y los Estados Unidos.
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