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Auktionsarchiv: Los-Nr. 35276375

EDUAR­DO ZA­MA­COIS Y ZA­BA­LA (Bil­bao

Schätzpreis
4.000 € - 5.000 €
ca. 3.889 $ - 4.861 $
Zuschlagspreis:
n. a.
Auktionsarchiv: Los-Nr. 35276375

EDUAR­DO ZA­MA­COIS Y ZA­BA­LA (Bil­bao

Schätzpreis
4.000 € - 5.000 €
ca. 3.889 $ - 4.861 $
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n. a.
Beschreibung:

EDUAR­DO ZA­MA­COIS Y ZA­BA­LA (Bil­bao, 1842 – Ma­drid, 1871). “Ar­le­quín em­bria­ga­do”. Óleo sobre tabla. Fir­ma­do en el án­gu­lo in­fe­rior iz­quier­do. Me­di­das: 37 x 46,5 cm. En un in­te­rior si­nuo­so una mujer se le­van­ta con la in­ten­ción de des­per­tar a su com­pa­ñe­ro, que aba­ti­do de can­san­cio por su ac­tua­ción ha que­da­do plá­ci­da­men­te dor­mi­do, aun con la copa en la mano. El autor crea una es­ce­na en la que sus pro­ta­go­nis­tas son aje­nos al es­pec­ta­dor, pre­sen­tán­do­le, un mundo de ocio y di­ver­sión. Vemos en este lien­zo con una te­má­ti­ca, que fue muy común du­ran­te el siglo XIX, prin­ci­pios del XX, época en la que la fi­gu­ra del ar­le­quín o pie­rrot fue idea­li­za­da y fre­cuen­te­men­te in­mor­ta­li­za­da. La es­ce­na esta tra­ba­ja­da con una gran aten­ción al de­ta­lle, un acu­sa­do ánimo des­crip­ti­vo y un es­pe­cial cui­da­do de los jue­gos de luz y las ca­li­da­des de las telas, si­guien­do a los maes­tros de dicha cen­tu­ria. Este tipo de es­ce­nas, de tema ga­lan­te y he­do­nis­ta, ale­gres y co­lo­ris­tas, tra­ba­ja­das con una fac­tu­ra pre­cio­sis­ta y des­crip­ti­va, fue­ron fre­cuen­tes du­ran­te la se­gun­da mitad del siglo XIX, den­tro del con­tex­to de los his­to­ri­cis­mos. Pin­tor en­mar­ca­do den­tro del cos­tum­bris­mo ro­mán­ti­co,, Eduar­do Za­ma­cois mos­tró desde muy joven su in­cli­na­ción por la pin­tu­ra, ini­cian­do su for­ma­ción en su Bil­bao natal con los pro­fe­so­res Joa­quín Ba­la­ca y Cosme Du­ña­bei­tia. Al poco tiem­po se tras­la­dó con su fa­mi­lia a Ma­drid, y fi­nal­men­te in­gre­só en la Real Aca­de­mia de Be­llas Artes de San Fer­nan­do, en 1856. Allí sería dis­cí­pu­lo de Fe­de­ri­co de Ma­dra­zo. Bajo su tu­te­la se de­di­có a hacer co­pias en el Museo del Prado, es­pe­cial­men­te de Ve­láz­quez, Ri­be­ra y Mu­ri­llo, desa­rro­llan­do así su des­tre­za en el di­bu­jo y en el color. En 1860 mar­cha a París por con­se­jo de su maes­tro, quien le tuvo entre sus dis­cí­pu­los pre­di­lec­tos, y le re­co­men­dó con­ti­nuar su for­ma­ción con Er­nest Meis­so­nier, uno de los más fa­mo­sos pin­to­res de gé­ne­ro de la época. En su es­tu­dio, Za­ma­cois de­pu­ró su téc­ni­ca ba­sa­da en la mi­nu­cio­si­dad pre­cio­sis­ta, tan ad­mi­ra­da en aque­lla época. En pa­ra­le­lo, cursó es­tu­dios en las Es­cue­las Im­pe­rial y Es­pe­cial de Di­bu­jo. Su es­tan­cia en la ciu­dad del Sena le pon­dría en con­tac­to con in­te­lec­tua­les como Ca­ba­nel, Bon­nat o Ale­jan­dro Dumas, así como con mar­chan­tes como Retlin­ger, quien le ofre­ció un con­tra­to. Por esta época la Dipu­tación viz­caí­na le con­ce­dió una beca para sus es­tu­dios, lo que le per­mi­tió de­di­car­se con tran­qui­li­dad a su tra­ba­jo y a la ri­que­za cul­tu­ral que la vida pa­ri­si­na ofre­cía. En este sen­ti­do, fue clien­te ha­bi­tual del Café Mou­lou­se, donde com­par­tía ter­tu­lia con José La­gu­na, Eduar­do León Es­cu­ra o Jean Vi­bert, entre otros. Asi­duo ex­po­si­tor de los Sa­lo­nes ofi­cia­les de París, en 1867 es dis­tin­gui­do con la pri­me­ra me­da­lla. Al año si­guien­te lo en­con­tra­mos en Roma ins­ta­la­do en el es­tu­dio de For­tuny, quien en esos mo­men­tos se en­con­tra­ba en Ma­drid. Por estas fe­chas fir­ma­rá un ven­ta­jo­so con­tra­to con el des­ta­ca­do mar­chan­te Adolp­he Gou­pil, quien le abrió las puer­tas a im­por­tan­tes com­pra­do­res como Ma­til­de Bo­na­par­te, los prín­ci­pes Met­ter­nich o el es­cri­tor Char­les Di­ckens. Un año más tarde For­tuny se tras­la­da a París y Za­ma­cois le in­tro­du­ce en la vida cul­tu­ral de la ciu­dad pre­sen­tán­do­le a Meis­so­nier y al círcu­lo de pin­to­res de Vi­bert. Por estos años Za­ma­cois par­ti­ci­pó en di­ver­sas edi­cio­nes de las Ex­po­si­cio­nes Na­cio­na­les de Be­llas Artes, donde re­ci­bió men­ción ho­no­rí­fi­ca de ter­ce­ra clase en 1860 y ter­ce­ra me­da­lla en 1862, 1864 y 1867. Su fama fue cre­cien­do, hasta que en 1870 ob­tie­ne la me­da­lla de oro en el Salón de París y es con­de­co­ra­do con

Auktionsarchiv: Los-Nr. 35276375
Auktion:
Datum:
19.10.2022
Auktionshaus:
Setdart Auction House
Calle Aragó, 346
08009 Barcelona
Spanien
admin@setdart.com
+34 93 246 32 41
Beschreibung:

EDUAR­DO ZA­MA­COIS Y ZA­BA­LA (Bil­bao, 1842 – Ma­drid, 1871). “Ar­le­quín em­bria­ga­do”. Óleo sobre tabla. Fir­ma­do en el án­gu­lo in­fe­rior iz­quier­do. Me­di­das: 37 x 46,5 cm. En un in­te­rior si­nuo­so una mujer se le­van­ta con la in­ten­ción de des­per­tar a su com­pa­ñe­ro, que aba­ti­do de can­san­cio por su ac­tua­ción ha que­da­do plá­ci­da­men­te dor­mi­do, aun con la copa en la mano. El autor crea una es­ce­na en la que sus pro­ta­go­nis­tas son aje­nos al es­pec­ta­dor, pre­sen­tán­do­le, un mundo de ocio y di­ver­sión. Vemos en este lien­zo con una te­má­ti­ca, que fue muy común du­ran­te el siglo XIX, prin­ci­pios del XX, época en la que la fi­gu­ra del ar­le­quín o pie­rrot fue idea­li­za­da y fre­cuen­te­men­te in­mor­ta­li­za­da. La es­ce­na esta tra­ba­ja­da con una gran aten­ción al de­ta­lle, un acu­sa­do ánimo des­crip­ti­vo y un es­pe­cial cui­da­do de los jue­gos de luz y las ca­li­da­des de las telas, si­guien­do a los maes­tros de dicha cen­tu­ria. Este tipo de es­ce­nas, de tema ga­lan­te y he­do­nis­ta, ale­gres y co­lo­ris­tas, tra­ba­ja­das con una fac­tu­ra pre­cio­sis­ta y des­crip­ti­va, fue­ron fre­cuen­tes du­ran­te la se­gun­da mitad del siglo XIX, den­tro del con­tex­to de los his­to­ri­cis­mos. Pin­tor en­mar­ca­do den­tro del cos­tum­bris­mo ro­mán­ti­co,, Eduar­do Za­ma­cois mos­tró desde muy joven su in­cli­na­ción por la pin­tu­ra, ini­cian­do su for­ma­ción en su Bil­bao natal con los pro­fe­so­res Joa­quín Ba­la­ca y Cosme Du­ña­bei­tia. Al poco tiem­po se tras­la­dó con su fa­mi­lia a Ma­drid, y fi­nal­men­te in­gre­só en la Real Aca­de­mia de Be­llas Artes de San Fer­nan­do, en 1856. Allí sería dis­cí­pu­lo de Fe­de­ri­co de Ma­dra­zo. Bajo su tu­te­la se de­di­có a hacer co­pias en el Museo del Prado, es­pe­cial­men­te de Ve­láz­quez, Ri­be­ra y Mu­ri­llo, desa­rro­llan­do así su des­tre­za en el di­bu­jo y en el color. En 1860 mar­cha a París por con­se­jo de su maes­tro, quien le tuvo entre sus dis­cí­pu­los pre­di­lec­tos, y le re­co­men­dó con­ti­nuar su for­ma­ción con Er­nest Meis­so­nier, uno de los más fa­mo­sos pin­to­res de gé­ne­ro de la época. En su es­tu­dio, Za­ma­cois de­pu­ró su téc­ni­ca ba­sa­da en la mi­nu­cio­si­dad pre­cio­sis­ta, tan ad­mi­ra­da en aque­lla época. En pa­ra­le­lo, cursó es­tu­dios en las Es­cue­las Im­pe­rial y Es­pe­cial de Di­bu­jo. Su es­tan­cia en la ciu­dad del Sena le pon­dría en con­tac­to con in­te­lec­tua­les como Ca­ba­nel, Bon­nat o Ale­jan­dro Dumas, así como con mar­chan­tes como Retlin­ger, quien le ofre­ció un con­tra­to. Por esta época la Dipu­tación viz­caí­na le con­ce­dió una beca para sus es­tu­dios, lo que le per­mi­tió de­di­car­se con tran­qui­li­dad a su tra­ba­jo y a la ri­que­za cul­tu­ral que la vida pa­ri­si­na ofre­cía. En este sen­ti­do, fue clien­te ha­bi­tual del Café Mou­lou­se, donde com­par­tía ter­tu­lia con José La­gu­na, Eduar­do León Es­cu­ra o Jean Vi­bert, entre otros. Asi­duo ex­po­si­tor de los Sa­lo­nes ofi­cia­les de París, en 1867 es dis­tin­gui­do con la pri­me­ra me­da­lla. Al año si­guien­te lo en­con­tra­mos en Roma ins­ta­la­do en el es­tu­dio de For­tuny, quien en esos mo­men­tos se en­con­tra­ba en Ma­drid. Por estas fe­chas fir­ma­rá un ven­ta­jo­so con­tra­to con el des­ta­ca­do mar­chan­te Adolp­he Gou­pil, quien le abrió las puer­tas a im­por­tan­tes com­pra­do­res como Ma­til­de Bo­na­par­te, los prín­ci­pes Met­ter­nich o el es­cri­tor Char­les Di­ckens. Un año más tarde For­tuny se tras­la­da a París y Za­ma­cois le in­tro­du­ce en la vida cul­tu­ral de la ciu­dad pre­sen­tán­do­le a Meis­so­nier y al círcu­lo de pin­to­res de Vi­bert. Por estos años Za­ma­cois par­ti­ci­pó en di­ver­sas edi­cio­nes de las Ex­po­si­cio­nes Na­cio­na­les de Be­llas Artes, donde re­ci­bió men­ción ho­no­rí­fi­ca de ter­ce­ra clase en 1860 y ter­ce­ra me­da­lla en 1862, 1864 y 1867. Su fama fue cre­cien­do, hasta que en 1870 ob­tie­ne la me­da­lla de oro en el Salón de París y es con­de­co­ra­do con

Auktionsarchiv: Los-Nr. 35276375
Auktion:
Datum:
19.10.2022
Auktionshaus:
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Calle Aragó, 346
08009 Barcelona
Spanien
admin@setdart.com
+34 93 246 32 41
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