Escuela española, siglo XVII. “Bodegón con melocotones” y “Bodegón con uvas y vino”. Óleos sobre tablas. Presentan leves repintes. Poseen marco antiguo siguiendo modelos de la colección Real. El bodegón con uvas y vino posee una restauración en el ángulo inferior derecho. Medidas: 26 x 35,5 cm; 35,5 x 45 cm (marco); 25 x 35,5 cm; 36,5 x 46 cm (marco). Pareja de obras conformada por dos bodegones, en el caso de la obra protagonizada por melocotones la disposición naturalista de los objetos, en primer plano sobre fondo neutro, la paleta de tendencia monocromática, que gira en torno a tonos terrosos, ocres y anaranjados, y especialmente la iluminación rica en efectos y contrastes constituye una obra llena de contenido. Situados en un primer plano se encuentra un conjunto de melocotones que se disponen en un plato de cerámica. Junto al plato una nuez abierta, descansa en la zona izquierda de la mesa. En este lienzo el autor nos ofrece un bodegón de estilo clásico, arraigado en la tradición española del género, con una composición clara y ordenada y un expresivo tratamiento de la luz, que produce expresivas sombras en el lado derecho y realza el volumen de los distintos objetos. En la presente pintura el autor presta una gran atención a la precisión de la pincelada y de la sensibilidad atmosférica y cromática del autor, nada distrae al ojo, que permanece atento al más mínimo detalle. Sin embargo, pese a esta aparente austeridad y economía de medios, subsiste el gusto por la teatralidad y el engaño típicamente barroco, precisamente en el naturalismo de la imagen, tan precisa y perfecta que resulta de un ilusionismo engañoso. En el caso del bodegón de uvas y vino el autor presenta el elemento principal en una bandeja de plata o peltre se encuentra un bodegón formado exclusivamente por uvas, en la zona izquierda de la composición, a pesar de la oscuridad del lienzo, se puede apreciar el leve reflejo que provoca una copa de cristal, que contiene vino en su interior. La obra ha sido concebida a través de una composición sencilla a modo de friso. Para ello el autor establece todos los elementos dispuestos en el primer plano, situados sobre una mesa inapreciable para el espectador. La presencia de las uvas, una hoja de parra y la copa de vino, nos habla de un solo elemento en la mente del autor, y la diversificación de este en diferentes estados. Sin embargo, cabe destacar que la tradición bodegonista española se caracterizó en gran medida por introducir un elemento moralizante en sus pinturas de naturaleza muerta, por lo que es muy probable que este bodegón mantenga dicha relación, y a través de elementos simples aluda a una temática de mayor envergadura como por ejemplo la cultura clásica, donde el vino se encontraba asociado al dios Baco, o por ejemplo a la temática reflejadas en las novelas picarescas del barroco español, donde el vino es un protagonista indiscutible de la gastronomía española, siendo en sí un alimento. En ambas pizas destaca el especial cuidado de la luz, el matizado del color, los brillos estudiados y definidos, así como la cuidada disposición de cada una de las piezas. Además, otro de los elementos característicos de la obra es la presencia de la nuez, que se encuentra abierta, lo que nos indica la presencia de alguien, en un momento anterior a la captación de la escena por el autor. Un rasgo que une esta pieza a la tradición bodegonista española, ya que se caracterizó por introducir elementos en escena que delatasen el paso del tiempo y
Escuela española, siglo XVII. “Bodegón con melocotones” y “Bodegón con uvas y vino”. Óleos sobre tablas. Presentan leves repintes. Poseen marco antiguo siguiendo modelos de la colección Real. El bodegón con uvas y vino posee una restauración en el ángulo inferior derecho. Medidas: 26 x 35,5 cm; 35,5 x 45 cm (marco); 25 x 35,5 cm; 36,5 x 46 cm (marco). Pareja de obras conformada por dos bodegones, en el caso de la obra protagonizada por melocotones la disposición naturalista de los objetos, en primer plano sobre fondo neutro, la paleta de tendencia monocromática, que gira en torno a tonos terrosos, ocres y anaranjados, y especialmente la iluminación rica en efectos y contrastes constituye una obra llena de contenido. Situados en un primer plano se encuentra un conjunto de melocotones que se disponen en un plato de cerámica. Junto al plato una nuez abierta, descansa en la zona izquierda de la mesa. En este lienzo el autor nos ofrece un bodegón de estilo clásico, arraigado en la tradición española del género, con una composición clara y ordenada y un expresivo tratamiento de la luz, que produce expresivas sombras en el lado derecho y realza el volumen de los distintos objetos. En la presente pintura el autor presta una gran atención a la precisión de la pincelada y de la sensibilidad atmosférica y cromática del autor, nada distrae al ojo, que permanece atento al más mínimo detalle. Sin embargo, pese a esta aparente austeridad y economía de medios, subsiste el gusto por la teatralidad y el engaño típicamente barroco, precisamente en el naturalismo de la imagen, tan precisa y perfecta que resulta de un ilusionismo engañoso. En el caso del bodegón de uvas y vino el autor presenta el elemento principal en una bandeja de plata o peltre se encuentra un bodegón formado exclusivamente por uvas, en la zona izquierda de la composición, a pesar de la oscuridad del lienzo, se puede apreciar el leve reflejo que provoca una copa de cristal, que contiene vino en su interior. La obra ha sido concebida a través de una composición sencilla a modo de friso. Para ello el autor establece todos los elementos dispuestos en el primer plano, situados sobre una mesa inapreciable para el espectador. La presencia de las uvas, una hoja de parra y la copa de vino, nos habla de un solo elemento en la mente del autor, y la diversificación de este en diferentes estados. Sin embargo, cabe destacar que la tradición bodegonista española se caracterizó en gran medida por introducir un elemento moralizante en sus pinturas de naturaleza muerta, por lo que es muy probable que este bodegón mantenga dicha relación, y a través de elementos simples aluda a una temática de mayor envergadura como por ejemplo la cultura clásica, donde el vino se encontraba asociado al dios Baco, o por ejemplo a la temática reflejadas en las novelas picarescas del barroco español, donde el vino es un protagonista indiscutible de la gastronomía española, siendo en sí un alimento. En ambas pizas destaca el especial cuidado de la luz, el matizado del color, los brillos estudiados y definidos, así como la cuidada disposición de cada una de las piezas. Además, otro de los elementos característicos de la obra es la presencia de la nuez, que se encuentra abierta, lo que nos indica la presencia de alguien, en un momento anterior a la captación de la escena por el autor. Un rasgo que une esta pieza a la tradición bodegonista española, ya que se caracterizó por introducir elementos en escena que delatasen el paso del tiempo y
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