Escuela italiana; primera mitad del siglo XVII. “Bodegón”. Óleo sobre lienzo. Reentelado. Presenta repintes y rotura en el lienzo. Medidas: 122 x 91 cm. Bodegón de flores perteneciente a la escuela barroca italiana, la pintura presenta una estructura clara, perfectamente centrada en el espacio y aparentemente sencilla. Las flores, que normalmente predominan sobre la presencia del florero, comparte en esta ocasión protagonismo con el gran jarrón de la escena. Un jarrón blanco decorado con flores, que se dispone sobre una peana cubierta por un paño morado y sobre un fondo indeterminado, neutro y más oscuro en el área derecha de la composición. Las flores quedan así destacadas, vivamente iluminadas en su mayoría, sobre el fondo de tono apagado. La iluminación es de herencia tenebrista, típica de la escuela italiana que se define por el uso de una luz artificial, dirigida y escenográfica, de foco, que incide directamente en la zona central del ramo arrancando brillos y realzando las calidades de los pétalos. Se trata de una composición dinámica en lo que, respecto a la disposición de los elementos, una composición centrada y dominada por la geometría, donde además se pueden apreciar estructuras abiertas y dinámicas, llenas de diagonales, del pleno barroco. Como ya se ha comentado el aspecto lumínico, por otra parte, es clave en esta obra, y revela la directa influencia del barroco tenebrista, que llega a estos pintores bodegonistas y que perduró hasta bien entrado el siglo XVIII. La naturaleza muerta o el bodegón ocupaba el peldaño más bajo de la jerarquía de géneros propios de la historia del arte, sin embargo, fue volviéndose cada vez popular entre los compradores. Además del tema independiente de la naturaleza muerta, abocaba otros tipos temas de la pintura al utilizar elementos prominentes, generalmente simbólicos, e imágenes que se basaban en una multitud de elementos de la naturaleza aparentemente para reproducir una parte de la vida. Cabe destacar que, dentro del bodegón, la representación de flores, o floreros se estableció como un subgénero muy apreciado entre los coleccionistas, que veían en estas pinturas el elemento perfecto para la decoración de sus amplias propiedades.
Escuela italiana; primera mitad del siglo XVII. “Bodegón”. Óleo sobre lienzo. Reentelado. Presenta repintes y rotura en el lienzo. Medidas: 122 x 91 cm. Bodegón de flores perteneciente a la escuela barroca italiana, la pintura presenta una estructura clara, perfectamente centrada en el espacio y aparentemente sencilla. Las flores, que normalmente predominan sobre la presencia del florero, comparte en esta ocasión protagonismo con el gran jarrón de la escena. Un jarrón blanco decorado con flores, que se dispone sobre una peana cubierta por un paño morado y sobre un fondo indeterminado, neutro y más oscuro en el área derecha de la composición. Las flores quedan así destacadas, vivamente iluminadas en su mayoría, sobre el fondo de tono apagado. La iluminación es de herencia tenebrista, típica de la escuela italiana que se define por el uso de una luz artificial, dirigida y escenográfica, de foco, que incide directamente en la zona central del ramo arrancando brillos y realzando las calidades de los pétalos. Se trata de una composición dinámica en lo que, respecto a la disposición de los elementos, una composición centrada y dominada por la geometría, donde además se pueden apreciar estructuras abiertas y dinámicas, llenas de diagonales, del pleno barroco. Como ya se ha comentado el aspecto lumínico, por otra parte, es clave en esta obra, y revela la directa influencia del barroco tenebrista, que llega a estos pintores bodegonistas y que perduró hasta bien entrado el siglo XVIII. La naturaleza muerta o el bodegón ocupaba el peldaño más bajo de la jerarquía de géneros propios de la historia del arte, sin embargo, fue volviéndose cada vez popular entre los compradores. Además del tema independiente de la naturaleza muerta, abocaba otros tipos temas de la pintura al utilizar elementos prominentes, generalmente simbólicos, e imágenes que se basaban en una multitud de elementos de la naturaleza aparentemente para reproducir una parte de la vida. Cabe destacar que, dentro del bodegón, la representación de flores, o floreros se estableció como un subgénero muy apreciado entre los coleccionistas, que veían en estas pinturas el elemento perfecto para la decoración de sus amplias propiedades.
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