Se adjunta informe de D. José Arnáiz. Óleo sobre lienzo, firmado D.T. Medidas enmarcado: 100 x 76 cm. Medidas lienzo: 82 x 58 cm. Se adjunta certificado. Según los Evangelios, los soldados romanos se la colocaron a Jesús durante su pasión. Tenía una doble función: humillar a Jesús (coronándolo como rey de los judíos, en tono de burla) y, a su vez, provocarle daño y dolor. La corona se convirtió en una reliquia muy preciada, buscada por todos los reyes europeos durante siglos. Existen referencias de su presencia en Jerusalén desde el siglo V (con las cartas de Paulino de Nola). Se describe su ubicación en la Basílica de Sion en el 570. En el siglo VII fue trasladada a Constantinopla debido a las invasiones persas. En el siglo X, con motivo de una crisis económica en el imperio, pasó a manos de prestamistas venecianos, hasta que fue adquirida por la monarquía francesa. Luis IX de Francia construyó en el siglo XIII la Sainte Chapelle como lugar de veneración de la reliquia. Durante la Revolución Francesa pasaron a la Biblioteca Nacional de Francia. En 1801, el Concordato con la Iglesia católica determinó que la corona era propiedad de la Iglesia, pasando a la Catedral de Notre Dame. En la actualidad, la corona se ofrece a la veneración pública los primeros viernes de mes y el Viernes Santo. El 15 de abril de 2019 la corona de espinas se salvó de un incendio que consumió gran parte de la Catedral de Notre Dame, al igual que la túnica de san Luis. Bibliografía de referencia: “David Teniers the Younger”, cat. exp., Gante, Snoeck-Ducaju and Zoon, 1991; Rosenberg, Adolf, Teniers der Jüngere, Bielefeld, Velhagen y Klasing, 1895; “David Teniers, Jan Brueghel y los gabinetes de pinturas”, cat. exp., Madrid, Museo del Prado, 1992.
Se adjunta informe de D. José Arnáiz. Óleo sobre lienzo, firmado D.T. Medidas enmarcado: 100 x 76 cm. Medidas lienzo: 82 x 58 cm. Se adjunta certificado. Según los Evangelios, los soldados romanos se la colocaron a Jesús durante su pasión. Tenía una doble función: humillar a Jesús (coronándolo como rey de los judíos, en tono de burla) y, a su vez, provocarle daño y dolor. La corona se convirtió en una reliquia muy preciada, buscada por todos los reyes europeos durante siglos. Existen referencias de su presencia en Jerusalén desde el siglo V (con las cartas de Paulino de Nola). Se describe su ubicación en la Basílica de Sion en el 570. En el siglo VII fue trasladada a Constantinopla debido a las invasiones persas. En el siglo X, con motivo de una crisis económica en el imperio, pasó a manos de prestamistas venecianos, hasta que fue adquirida por la monarquía francesa. Luis IX de Francia construyó en el siglo XIII la Sainte Chapelle como lugar de veneración de la reliquia. Durante la Revolución Francesa pasaron a la Biblioteca Nacional de Francia. En 1801, el Concordato con la Iglesia católica determinó que la corona era propiedad de la Iglesia, pasando a la Catedral de Notre Dame. En la actualidad, la corona se ofrece a la veneración pública los primeros viernes de mes y el Viernes Santo. El 15 de abril de 2019 la corona de espinas se salvó de un incendio que consumió gran parte de la Catedral de Notre Dame, al igual que la túnica de san Luis. Bibliografía de referencia: “David Teniers the Younger”, cat. exp., Gante, Snoeck-Ducaju and Zoon, 1991; Rosenberg, Adolf, Teniers der Jüngere, Bielefeld, Velhagen y Klasing, 1895; “David Teniers, Jan Brueghel y los gabinetes de pinturas”, cat. exp., Madrid, Museo del Prado, 1992.
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