Beschreibung:

“LOLÓ SOL­DE­VI­LLA”; Do­lo­res Sol­de­vi­lla Nieto (Pinar del Río, Cuba 1901-La Ha­ba­na, 1971). Sin tí­tu­lo, 1955. Ma­de­ra y hie­rro. Ad­jun­ta cer­ti­fi­ca­do ex­pe­di­do por Doña Mart­ha Flora Ca­rran­za Barba, nieta del ar­tis­ta. Fir­ma­da en la base. Me­di­das: 44,5 x 66 x 12 cm. A parte de co­no­ci­da ca­rre­ra como pin­to­ra, Lolo Sol­de­vi­lla ex­plo­ró otros cam­pos como por ejem­plo la es­cul­tu­ra, de hecho, en el año 1949 de­ci­dió es­tu­diar es­cul­tu­ra en la aca­de­mia Gran­de Chau­mièr de París. En este caso con­cre­to su obra re­fle­ja las co­rrien­tes es­té­ti­cas de la época, in­fluen­cia­das por la abs­trac­ción geo­mé­tri­ca. A tra­vés de la tor­sión del hie­rro la ar­tis­ta trans­for­ma las lí­neas del rí­gi­do ma­te­rial con­vir­tién­do­las en cur­vas que ar­mo­ni­zan con las cir­cun­fe­ren­cias rea­li­za­das en ma­de­ra, muy si­mi­lar a una de las es­cul­tu­ras (Sin tí­tu­lo, 1957) que fue ex­pues­ta en el año 2019 en la Ga­le­ría Sean Kelly de Nueva York. Loló Sol­de­vi­lla es con­si­de­ra­da una de las fi­gu­ras más re­le­van­tes de la Abs­trac­ción Geo­mé­tri­ca y del Ci­ne­tis­mo, tanto por los lo­gros con­se­gui­dos du­ran­te su ca­rre­ra, como por su es­fuer­zo por la pro­mo­ción del arte cu­bano den­tro y fuera de las fron­te­ras de su país. Mos­tran­do siem­pre una im­pli­ca­ción po­lí­ti­ca a tra­vés de su arte, tanto en su país como fuera del mismo to­man­do parte ac­ti­va en las cam­pa­ñas de ayuda a la Re­pú­bli­ca Es­pa­ño­la tras el es­ta­lli­do de la Gue­rra Civil. Su ca­rre­ra ar­tís­ti­ca des­ta­có siem­pre por la ex­pe­ri­men­ta­ción no solo es­ti­lís­ti­ca sino téc­ni­ca, lle­gan­do a rea­li­zar obras en di­fe­ren­tes so­por­tes como por ejem­plo la es­cul­tu­ra, el gra­ba­do y el di­bu­jo. Su ca­rre­ra ar­tís­ti­ca co­men­zó en 1948, in­fluen­cia­da por su amis­tad con Wi­fre­do Lam, quien le ánimo y le apoyo en sus inicios en el mundo de la pin­tu­ra. En 1949 se ins­ta­ló en París, donde cursó es­tu­dios en la Aca­de­mia Gran­de Chau­mière, rea­li­zan­do fre­cuen­tes via­jes y ex­po­si­cio­nes en Cuba para mos­trar su tra­ba­jo. En 1951 in­gre­só en el ta­ller de De­was­ne y Pi­llet, donde per­ma­ne­ció du­ran­te dos años, y asis­tió a un curso sobre téc­ni­cas de gra­ba­do de Hay­ter y Co­chet, man­te­nien­do y fo­men­tan­do in­ter­cam­bios crea­ti­vos con la Es­cue­la de París. Vin­cu­la­da al Mo­vi­mien­to 26 de Julio, se vio obli­ga­da a hacer vida clan­des­ti­na, ya que du­ran­te el pe­río­do pre­rre­vo­lu­cio­na­rio co­la­bo­ró en Dia­rio de la Ma­ri­na, Car­te­les, In­for­ma­ción, El País, Avan­ce, Por­ve­nir, Tiem­po en Cuba y Sur­vey, así como en las pu­bli­ca­cio­nes pa­ri­si­nas Com­bat y Arts. Tras el triun­fo re­vo­lu­cio­na­rio de 1959 se in­cor­po­ró como re­dac­to­ra al pe­rió­di­co Re­vo­lu­ción y du­ran­te el curso 1960-61 se es­ta­ble­ció como pro­fe­so­ra de artes plás­ti­cas en la Es­cue­la de Ar­qui­tec­tu­ra de la Uni­ver­si­dad de La Ha­ba­na. A par­tir de dicho mo­men­to Do­lo­res Sol­de­vi­lla com­pa­gi­nó su ca­rre­ra ar­tís­ti­ca con su tra­ba­jo do­cen­te en la Es­cue­la de Ar­qui­tec­tu­ra de la Uni­ver­si­dad y en el Pe­rió­di­co Gran­ma. Gra­cias a sus plan­tea­mien­tos es­té­ti­cos sur­gió el Grupo Es­pa­cio e in­te­gró el grupo Diez Pin­to­res Con­cre­tos; formó parte de la UPEC y de la UNEAC y co­la­bo­ró en Bohe­mia. Du­ran­te su vida su obra fue ex­pues­ta en re­le­van­tes es­pa­cios ar­tís­ti­cos como el Pa­la­cio de Be­llas Artes de Cuba, en Ca­ra­cas (Ve­ne­zue­la), París, en Va­len­cia, Va­lla­do­lid (Es­pa­ña), Che­cos­lo­va­quia, etc, al­can­zan­do un gran re­co­no­ci­mien­to de su obra a nivel glo­bal. Hoy en día su obra se con­ser­va en nu­me­ro­sas co­lec­cio­nes pri­va­das de todo el mundo y en ins­ti­tu­cio­nes como el Museo Na­cio­nal de Be­llas Artes de Cuba (donde se con­ser­va la prin­ci­pal co­lec­ción).