Óleo sobre lienzo. 103 x 78 cm. Con marco en madera tallada, parcialmente policromada y dorada. Manuel de Samaniego es considerado como uno de los máximos exponentes de la pintura dentro de la Escuela Quiteña. Nació en el barrio de San Blas en 1767 y murió en 1824. Se casó muy joven con Manuela Jurado López de Solís, con la que estableció un taller de pintura, escultura, espejería y platería. Introdujo el tema de la Divina Pastora, apenas tratado con anterioridad y el grupo de la familia de la Virgen (San José, Santa Ana y San Joaquín) en sus composiciones. Se especializó en las miniaturas en vidrio y latón; adoptó el paisaje y las arquitecturas en sus obras. Algunas de sus obras principales se encuentran en la catedral de Quito: : “Asunción de la Virgen”, “Nacimiento del Niño Dios”, “Adoración de los Magos”, “Sacrificio de San Justo y San Pastor”. Decoró también la catedral con motivos bíblicos, así como la sala de la casa Provincial de La Merced y la casa hacienda del Marqués de Selva Alegre. En 1788 pintó una colección de cuadros representativos de los países de Europa. Samaniego formó una verdadera escuela de la que salieron artistas de la talla de José Lombeida y Antonio Salas Escribió un Tratado de Pintura en el que además de proporcionar recetas prácticas sobre el uso de pigmentos y sobre la combinación de colores introduce también textos originales del Arte de la pintura de Pacheco. El pintor utiliza un fondo de paisaje y un interior arquitectónico para resaltar la escena principal, La Adoración de los Pastores. Dispone en diagonal a San José, La Virgen y el Niño. Les rodean un conjunto de pastores en actitud de adoración. Unos ángeles portan una filacteria inscrita “gloria in excelsis deo”, texto tomado del evangelio, Lc 2,14, que los ángeles utilizaron para anunciar a los pastores el nacimiento de Jesús. Son propios del estilo del pintor el aire y la frescura de las figuras, los perfiles dulces y agraciados de los personajes que resuelve con imponente precisión y destreza del dibujo. Sus colores favoritos fueron el rojo, el azul, el verde y el blanco, que dominan nuestra composición. Destacamos la figura de la Virgen, cuya túnica y manto ha sido enriquecido con apliques de oro, recurso que el pintor también utiliza en la aureola de la Virgen y en el borde del manto de San José. La aureola de la Virgen rematada en estrellas podemos relacionarla con la Inmaculada que pinta Manuel de Samaniego, que nos da a conocer la Sede Nacional, Casas de Cultura, Benjamín Carrión.
Óleo sobre lienzo. 103 x 78 cm. Con marco en madera tallada, parcialmente policromada y dorada. Manuel de Samaniego es considerado como uno de los máximos exponentes de la pintura dentro de la Escuela Quiteña. Nació en el barrio de San Blas en 1767 y murió en 1824. Se casó muy joven con Manuela Jurado López de Solís, con la que estableció un taller de pintura, escultura, espejería y platería. Introdujo el tema de la Divina Pastora, apenas tratado con anterioridad y el grupo de la familia de la Virgen (San José, Santa Ana y San Joaquín) en sus composiciones. Se especializó en las miniaturas en vidrio y latón; adoptó el paisaje y las arquitecturas en sus obras. Algunas de sus obras principales se encuentran en la catedral de Quito: : “Asunción de la Virgen”, “Nacimiento del Niño Dios”, “Adoración de los Magos”, “Sacrificio de San Justo y San Pastor”. Decoró también la catedral con motivos bíblicos, así como la sala de la casa Provincial de La Merced y la casa hacienda del Marqués de Selva Alegre. En 1788 pintó una colección de cuadros representativos de los países de Europa. Samaniego formó una verdadera escuela de la que salieron artistas de la talla de José Lombeida y Antonio Salas Escribió un Tratado de Pintura en el que además de proporcionar recetas prácticas sobre el uso de pigmentos y sobre la combinación de colores introduce también textos originales del Arte de la pintura de Pacheco. El pintor utiliza un fondo de paisaje y un interior arquitectónico para resaltar la escena principal, La Adoración de los Pastores. Dispone en diagonal a San José, La Virgen y el Niño. Les rodean un conjunto de pastores en actitud de adoración. Unos ángeles portan una filacteria inscrita “gloria in excelsis deo”, texto tomado del evangelio, Lc 2,14, que los ángeles utilizaron para anunciar a los pastores el nacimiento de Jesús. Son propios del estilo del pintor el aire y la frescura de las figuras, los perfiles dulces y agraciados de los personajes que resuelve con imponente precisión y destreza del dibujo. Sus colores favoritos fueron el rojo, el azul, el verde y el blanco, que dominan nuestra composición. Destacamos la figura de la Virgen, cuya túnica y manto ha sido enriquecido con apliques de oro, recurso que el pintor también utiliza en la aureola de la Virgen y en el borde del manto de San José. La aureola de la Virgen rematada en estrellas podemos relacionarla con la Inmaculada que pinta Manuel de Samaniego, que nos da a conocer la Sede Nacional, Casas de Cultura, Benjamín Carrión.
Testen Sie LotSearch und seine Premium-Features 7 Tage - ohne Kosten!
Lassen Sie sich automatisch über neue Objekte in kommenden Auktionen benachrichtigen.
Suchauftrag anlegen